1) Nos eleva gradualmente al perfecto conocimiento de Jesucristo.
2) Purifica nuestras almas del pecado.
3) Nos permite vencer a todos nuestros enemigos.
4) Nos facilita la práctica de las virtudes.
5) Nos abrasa en amor de Jesucristo.
6) Nos enriquece con gracias y meritos.
7) Nos proporciona con qué pagar todas nuestras deudas con Dios y con los hombres, y finalmente, nos consigue de Dios toda clase de gracias.
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