viernes, 1 de febrero de 2008

Tiempo de Cuaresma,

Tomado de voz católica.

La cuaresma es un tiempo de verdadero cambio y renovación, es el tiempo para poner en orden nuestras tantas confusiones, y entablar una verdadera relación con Dios. Todo esto para alcanzar la salvación. Este propósito lo llevamos a cabo cuando tomamos la decisión de escuchar la voz de Dios, y nos dejamos cambiar por el, abandonando nuestros caminos para tomar los suyos...


Estructura del tiempo de cuaresma
Los 40 días de el tiempo de cuaresma transcurren desde el Miércoles de ceniza (este año es el 06 de febrero) hasta la misa de la cena del señor.
Los días de semana santa conmemoran la pasión del señor, y en la mañana del Jueves santo tiene lugar la misa crismal. Por lo que se tiene que decir que “el tiempo de cuaresma está establecido a la preparación de la celebración de la Pascua”
El primer día de la cuaresma, el miércoles de ceniza acudimos al templo para que se nos imponga la ceniza en símbolo de que reconocemos que somos pecadores y con necesidad del perdón de Dios. Esto es solo un símbolo que debe reflejar una actitud interior de arrepentimiento de nuestras faltas y el deseo de convertirnos a Dios. Vivimos otros signos de penitencia durante la cuaresma, como lo son el ayuno y la abstinencia.

“La ceniza es el símbolo natural de lo que fue y ya no existe, desde un papel, un carbón hasta los restos de un ser humano. La ceniza es el residuo, lo que queda después de que algo se destruye por el fuego.

En la liturgia cuaresmal Dios se hace el encontradizo con nosotros, no anuncia lo que ha hecho y quiere hacer hoy por nosotros, por nuestra liberación, Domingo a domingo, día a día, nos manifiesta su designio y nos indica las etapas del itinerario de nuestra salvación.

La cuaresma es ante todo la proclamación del itinerario de nuestra salvación. El cristiano lo cumple recorriendo las grandes etapas de la historia de la salvación, proclamadas en las primeras lecturas de cada domingo.

La creación y caída del primer hombre (I domingo).
Los patriarcas (II domingo)
El Exodo (III domingo)
El reino de David (IV domingo)
Los profetas (V domingo)

La palabra proclama, más con hechos que con palabras, como Dios lleva a cabo su plan de salvación, llama al hombre a la fé, a la alianza, a la vida, y se hace reposar sobre él su espíritu.
 

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